Los motores pueden ser gasolina y diésel. En el bando de la gasolina tenemos 2 opciones: el 2.2 JTS y el 3.2 V6 JTS. En 2009 se añade el motor 1.8 TBI.
Por la parte del diésel tenemos el 5 cilindros 2.4 JTDM, primero de 200CV y más tarde ofreciendo 210CV tras una remodelación. En 2009 salió el motor adaptado a Euro 5, con 1.956cc y solamente 170CV, o sea menos consumo…pero a costa de 40CV menos.
Cabe añadir que sufre un ligero restyling al final de su vida comercial, que aunque no afecta al exterior, si modifica el interior con nuevos asientos, relojes, volante y tapicería, además de añadir nuevos colores disponibles, y prometer además una reducción de peso de unos 100kgs.
Pasando al interior nos encontramos con un bonito diseño deportivo que se caracteriza por un salpicadero prácticamente calcado al del 159, una consola central en aluminio orientada al conductor con tres relojes encastrados y unos cómodos asientos de tipo baquet. Las únicas pegas son algunos plásticos de poca calidad y ajustes no muy conseguidos que dan lugar a pequeños grillos que pueden aparecer en marcha.
Otra característica típica del Brera es su techo acristalado llamado “Skyview”, aunque hay que comentar que en las versiones más básicas este elemento es meramente decorativo ya que está tapizado por el interior. La versión abierta incluye una cortinilla deslizante que al abrirse lo convierte en un techo solar de grandes dimensiones.
En lo referente a la dinámica, equipa unas suspensiones similares a las del 159 (en realidad comparten bastantes elementos) con triángulos superpuestos delante y paralelogramo deformable con sistema multibrazo detrás. Esta sofisticada solución logra un comportamiento que destaca por su buen agarre y un gran aplomo circulando rápido. Es un coche estable y agradable de conducir por carreteras de curvas pero sin llegar a ser incómodo por una excesiva dureza. Ayuda una dirección sensible y precisa y unos frenos potentes pero de tacto esponjoso.
El principal problema del coche es su excesivo peso (ronda los 1600 kgs. reales) que penaliza su agilidad en curvas lentas, las prestaciones de sus motores menos potentes y el consumo.