Es bastante recurrente que los fabricantes de automóviles a la hora de diseñar un vehículo nuevo lleguen a acuerdos con otras marcas con el fin de compartir los enormes gastos de desarrollo y aunar esfuerzos y conocimientos por el bien común. Hay que puntualizar asimismo que en algunas ocasiones se trata del desarrollo del vehículo completo, aunque en otras el acuerdo se limita simplemente a algún componente específico como puede ser el motor, caja de cambios, elementos tecnológicos complejos, etc. Dentro de un mismo grupo empresarial estas prácticas son más que evidentes y habituales, y así podemos ver como, por ejemplo dentro del grupo VAG, hay muchos modelos que aunque pertenecen a diferentes marcas comparten tantos componentes (plataforma, motores, cambio y sistema de transmisión, trenes de rodaje, etc.) que si no fuera por otras características como el diseño de la carrocería o el interior en realidad se podría decir que son casi el mismo coche con distinto nombre. Estas sinergias de grupo son entendibles y lógicas por el ahorro multimillonario que suponen y además cada marca que compone el grupo suele estar convenientemente orientada hacia un tipo de cliente para que no se hagan la competencia entre ellas a pesar de presentar un producto tan parecido. Sin salirnos del grupo VAG tenemos como ejemplos al Seat Exeo (un Audi A4 B7 rediseñado por la marca española que incluso se trajo a Barcelona la misma maquinaria utilizada para la fabricación del alemán), el Skoda Rapid y el Seat Toledo (tan parecidos que incluso se ensamblan en la misma factoría), el Seat Mii-Skoda Citigo-Vw Up (sólo se diferencian en unos pequeños retoques estéticos y los distintos niveles de acabado y equipamiento), o la 1º generación del Skoda Superb (que no es más que un VW Passat B5 con algunas modificaciones).
por EDUARDO Aunque se trata de un fenómeno relativamente frecuente, a lo largo de la historia se nos han presentado multitud de casos en que un mismo coche ha sido comercializado bajo diferentes marcas, en algunos casos con un pequeño trabajo “de maquillaje” para tratar de disimular su procedencia y en otros con un cambio de insignia casi como única distinción. En este artículo vamos a descubrir tres casos notables de esta práctica que destacan por su curiosidad e interés y que merecen ser conocidos en profundidad, pero antes vamos a conocer un poco mejor los motivos y las principales estrategias que utilizan los fabricantes para llevar a cabo estos usos tan a priori extraños.
Es bastante recurrente que los fabricantes de automóviles a la hora de diseñar un vehículo nuevo lleguen a acuerdos con otras marcas con el fin de compartir los enormes gastos de desarrollo y aunar esfuerzos y conocimientos por el bien común. Hay que puntualizar asimismo que en algunas ocasiones se trata del desarrollo del vehículo completo, aunque en otras el acuerdo se limita simplemente a algún componente específico como puede ser el motor, caja de cambios, elementos tecnológicos complejos, etc. Dentro de un mismo grupo empresarial estas prácticas son más que evidentes y habituales, y así podemos ver como, por ejemplo dentro del grupo VAG, hay muchos modelos que aunque pertenecen a diferentes marcas comparten tantos componentes (plataforma, motores, cambio y sistema de transmisión, trenes de rodaje, etc.) que si no fuera por otras características como el diseño de la carrocería o el interior en realidad se podría decir que son casi el mismo coche con distinto nombre. Estas sinergias de grupo son entendibles y lógicas por el ahorro multimillonario que suponen y además cada marca que compone el grupo suele estar convenientemente orientada hacia un tipo de cliente para que no se hagan la competencia entre ellas a pesar de presentar un producto tan parecido. Sin salirnos del grupo VAG tenemos como ejemplos al Seat Exeo (un Audi A4 B7 rediseñado por la marca española que incluso se trajo a Barcelona la misma maquinaria utilizada para la fabricación del alemán), el Skoda Rapid y el Seat Toledo (tan parecidos que incluso se ensamblan en la misma factoría), el Seat Mii-Skoda Citigo-Vw Up (sólo se diferencian en unos pequeños retoques estéticos y los distintos niveles de acabado y equipamiento), o la 1º generación del Skoda Superb (que no es más que un VW Passat B5 con algunas modificaciones).
4 Comentarios
por JULIO. La Cité del Automobile es el sueño a cumplir de muchos Petrolheads en cuanto a museos en Europa se refiere. La Cité o Collection Schlumpf es un Museo localizado en la ciudad de Mulhouse, en Francia, al lado de las fronteras suizas y alemana. La historia de Hans y Fritz Schlumpf es la de dos enfermos del automóvil, dos millonarios que desde que Hans comprara un Bugatti justo antes de la invasión nazi no cesaron de comprar coches aun a costa de arruinar su propia empresa. En los 50 y 60 se dedicaron a comprar Bugattis que la gente dejaba de usar por "pasados de moda", así como Hispano Suizas, Rolls...incluso lograron que Gordini les vendiera parte de sus coches de competición o que Mercedes-Benz les vendiera coches de su colección que tenían repetidos. Pero de la colección, lo más espectacular son los famosos Bugatti Royal Tipo 41. Un superlativo coche en tamaño (seis metros), en llanta de 21", en peso de 3.700kg, en motor...y estamos hablando de máquinas de los años 20 y 30! Os recomiendo leer en Wikipedia, por ejemplo, la historia del Museo o el affaire Schlumpf. Tras muchísimos lios financieros los Schlumpf perdieron sus coches debido a evasiones de impuestos y deudas millonarias pero los trabajadores de la anteriormente fábrica textil pasaron en 1981 a ser cuidadores del mejor museo (o casi) de coches del mundo. Os he hecho una selección de fotos pero la verdad es que había tantos coches pre-guerra alucinantes que os aconsejo, de verdad, ir alguna vez y disfrutar desde el primer cuadriciclo de 1890 hasta el Veyron que atesoran allí. Yo espero volver alguna vez, la verdad. Sin más: La exposición muestra los coches cronológicamente por lo que empiezas en 1890 y terminas en la época casi actual. Luego ocurre lo mismo en la zona de competición, y por último antes de salir hay una zona Bugatti (aún más) donde está el Type 41 Esders, que es un Type 41 reconstruido por los Schlumpf en 1990 en un taller especial y exclusivamente con piezas Bugatti que compraron en la factoría de Molsheim antes de que cerrara. Y por supuesto acorde a los planos del Commendatore Ettore Bugatti.
En fin, una colección digna de verse si os gusta el automóvil y sobre todo su historia. por EDUARDO. Pocos automóviles de la historia reciente han sido más controvertidos y han representado mejor que nadie los excesos del capitalismo más radical que el Hummer, y es que como decía su acertado eslogan “like nothing else” (que viene a significar “como ninguna otra cosa”). Este mastodóntico todoterreno norteamericano lo mismo se convertía en objeto de deseo de millonarios caprichosos a los que les fascinaba su imponente y amenazadora imagen que era el blanco de todas las críticas por parte de ecologistas u otras asociaciones diversas que veían en él la irracionalidad hecha coche. Como seguro sabréis, la marca desapareció hace ya unos años (concretamente en 2010) víctima de la crisis económica que aún padecemos, pero nosotros vamos a dedicar este artículo a repasar toda su historia, las claves para su aparición y posterior muerte, y los modelos que se comercializaron bajo esta firma.
Empezando por el principio, la primera pregunta que surge es: ¿Cuál es el origen del Hummer? Una versión realmente genial de la historia la podéis ver aquí (https://www.youtube.com/watch?v=DyZFI7BAREA), aunque por desgracia la realidad es mucho más prosaica… A finales de los años 70 el ejército norteamericano decide que ha llegado el momento de reemplazar su envejecida flota de vehículos ligeros (que en ese momento aún estaba formada mayoritariamente por el conocido Jeep) por algo más moderno y capaz, por lo que elabora una lista con los requisitos que deben cumplir los candidatos y celebra un concurso para la adjudicación del contrato (muy sustancioso por cierto). Uno de estos candidatos era la firma AM General Corps., que presentó lo que se conocía como “HMMWW” (leído se pronuncia HUMVEE), que viene a significar algo así como “vehículo sobre ruedas multipropósito de alta movilidad”. Éste vehículo resultó ser una excelente herramienta e incluso llegaba a mejorar algunas de las duras condiciones impuestas por los militares, en especial sus aptitudes como todoterreno, su versatilidad (con unas pocas variaciones servía para transportar carga o personal, como ambulancia, se le podían instalar armas de gran calibre, era aerotransportable, etc.), y su fiabilidad y fácil mantenimiento, por lo que tras varias pruebas y exámenes fue el ganador y pasó a formar parte finalmente de las fuerzas armadas estadounidenses a principios de los años 80. Quizá esta historia ya os suene porque hay otro todoterreno del que ya hemos hablado que tuvo un nacimiento similar: el Lamborghini “Cheetah” (germen del posterior LM-002), que fracasó en su intento porque la firma italiana, al contrario que AM General, no tenía la experiencia suficiente en este campo (lo cierto es que se puede decir que el Hummer y el Lambo llevaron vidas paralelas y son muy semejantes en varios aspectos). Tras “ingresar en el ejército”, el Humvee comienza a participar en sus primeras misiones, siendo las más destacadas la invasión de Panamá en 1989 y la primera Guerra del Golfo en 1990. Precisamente en la famosa operación “Tormenta del desierto” de esta última es cuando se hace mundialmente conocido. Los estadounidenses en especial contemplan desde sus televisores como el imponente todoterreno con aspecto de tanque que conduce su ejército domina la situación y proporciona una superioridad aplastante a su tropa, por lo que comienza a hacerse popular e incluso deseado entre la población civil. Ya que la campaña de marketing estaba hecha, AM General decida sacar a la venta una versión ligeramente modificada y adaptada a su uso por las calles en 1992 del “Humvee M998”, a la que bautiza como Hummer, naciendo así oficialmente esta marca. Este primer Hummer que apareció en el mercado fue el modelo H1, y según se dice fue el actor Arnold Schwarzenegger (gran admirador del vehículo) uno de los primeros en adquirir un ejemplar, e incluso se comenta que fue una de las personas que más insistió a la firma para que lo lanzara al mercado tras conocer la versión militar. |
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