Empezaremos haciendo un pequeño repaso a su historia, arrancando ésta en 1972 con la creación de la marca por Robert Jankel. Tenía su sede en Surrey (Reino Unido) y desde un primer momento basó su negocio en la creación de vehículos exclusivos con el diseño y estilo de los deportivos de los años 30 pero con mecánicas actuales que proporcionasen un alto grado de fiabilidad y confort. A nuestros seguidores más fieles seguro que esta filosofía les resulta familiar ya que hace un tiempo hablamos del fabricante español Hurtan que aplica estos mismos principios en sus creaciones: diseño retro pero con tecnología moderna.
Ya que los diseños de Panther estaban basados en reconocidos clásicos del periodo de entreguerras, inevitablemente se crea la típica polémica acerca de si estamos ante un fabricante de réplicas o en realidad se trata de algo más. Aunque siempre queda a la libre interpretación de cada uno, en el caso de nuestro protagonista creo que no se puede considerar como tal dado que también se atrevió a lanzar sus propios diseños, algunos realmente sorprendentes como veremos más adelante.
Continuando con su historia, esta compañía (como no podía ser de otra forma en este tipo de “aventuras locas”) quiebra en 1980 y es adquirida por el grupo coreano “Jindo Corporation”, que inyecta el capital suficiente para continuar con la producción y a la vez acometer el diseño de nuevos modelos de corte más deportivo. Precisamente su modelo más famoso, el Panther Kallista, aparece en este periodo, pero a pesar de su relativo éxito, la firma vuelve a cambiar de manos en 1988, momento en que es comprada por SsangYong. Tan sólo dos años después y a pesar de haber construido una nueva factoría en el condado de Essex, su nuevo propietario anuncia el cese de la producción en su país de origen pero a su vez decide trasladarla a Corea del Sur, apareciendo de este modo el SsangYong Kallista (caso similar al del Lotus/Kia Elan del que ya hablamos en su momento). Este Kallista “oriental” presenta alguna pequeña modificación con respecto al original pero resulta todo un fracaso de ventas (parece ser que menos de 80 unidades vendidas) y desaparece del mercado poco tiempo después.
En el año 2001 Jankel recompra “su marca” a los coreanos y comienza el diseño de un nuevo modelo deportivo, pero desgraciadamente fallece en 2005 y con él termina la historia de Panther. Añadir que a pesar del final (quién sabe si definitivo) de esta firma, su fundador también creó otra compañía dedicada a la producción de vehículos especiales, limusinas y blindados que sigue hoy en día en activo. Algunas de las creaciones más destacadas del “Grupo Jankel” han sido exóticas limusinas de superlujo sobre la base de Mercedes, Rolls-Royce o Jaguar y vehículos blindados e incluso de combate, a los que hay que sumar algunas “modificaciones locas” (generalmente ocurrencias del millonario caprichoso de turno), como un Range Rover de 6 ruedas con un interior a todo lujo que le encargó el rey Khaled de Arabia Saudí, el superdeportivo Jankel Tempest creado a partir de un Corvette, el Ferrari 412 con carrocería sedán de 4 puertas, o el Ferrari 365 GTB4 Shooting Brake del que ya nos habló Julio.
PANTHER J72
Vendido desde 1972 hasta 1981, estamos ante un roadster de lujo con un diseño basado en el Jaguar SS100 de los años 30. La parte mecánica también la tomaba prestada de Jaguar, aunque en este caso eran de procedencia moderna ya que elementos como los motores, sistema de transmisión o conjunto de suspensiones procedían del modelo XJ12. Podía montar tres propulsores diferentes: 6 cilindros en línea de 3.800 cc o de 4.200 cc y un V12 de 5,3 litros, y la caja de cambios podía ser de 4 velocidades manual o de 3 automática. El interior era biplaza y contaba con unos acabados en madera y cuero de auténtico lujo, resultando un vehículo muy exclusivo que competía con las marcas más lujosas del mercado como Rolls-Royce. Su producción total rondó según algunas fuentes las 370 unidades ya que gozó de un cierto éxito entre la gente más pudiente de la época.
El segundo modelo producido por Panther era también un roadster de dos plazas pero con un concepto mucho más deportivo. Tan sólo dos años estuvo a la venta (1974-1975) y se trataba de un diseño del fabricante suizo “Felber” del cual había adquirido los derechos Robert Jankel. Felber se había basado en las líneas del Ferrari 166 Spider para su creación, tomando prestado igualmente de la mítica marca italiana su motor, siendo el elegido el V12 Colombo de 4 litros y 300 cv de potencia. Con tracción a las ruedas traseras y una caja de cambios manual de 5 velocidades, estamos ante todo un deportivo que era capaz de alcanzar los 250 kms/h de punta. El resto del coche estaba en consonancia con la mecánica ya que contaba con una carrocería de aluminio confeccionada artesanalmente y un interior de lujo con abundante cuero y madera de la más alta calidad. Debido a su alto precio la producción fue muy pequeña, fabricándose aproximadamente unas 10 unidades.
El Lazer es uno de los automóviles más extravagantes de todos los producidos por Panther. Tan sólo una unidad fue construida (año 1974) y parece ser que fue un encargo del importador canadiense, que quería hacerle un regalo sorpresa a su mujer. Toda la parte mecánica procedía del Jaguar XJ12, equipando el V12 de 5.3 litros y una caja de cambios manual de 4 velocidades. Esta especie de “buggie futurista” contaba con un interior de 3 plazas, una angulosa carrocería de aluminio adornada con un alerón posterior gigantesco y unas ruedas de gran tamaño, pero, continuando con la historia, cuentan que a la mujer a la que iba destinado no le gustó mucho este atrevido cabrio y rechazó el regalo, devolviéndose a la sede de Panther donde permaneció un par de años hasta que lo adquirió el príncipe heredero de Irán. Este “one-off” actualmente se puede contemplar en el Museo Nacional de Automóviles de dicho país, en donde se expone junto al resto de los vehículos pertenecientes al último Sha de la dinastía Pahlavi (la colección es realmente espectacular).
Producido desde 1974 hasta 1985, estamos de nuevo ante un automóvil de estilo clásico pero con mecánica moderna basado en este caso en el icónico Bugatti Royale de los años 30. Vuelve a tomar prestada la mayor parte de la mecánica de Jaguar (transmisión, suspensiones, dirección, etc.), y los motores ofertados son el 6 cilindros en línea de 4.200 cc o el V12 de 5,3 litros. El interior del De Ville era de auténtico lujo ya que empleaba los mejores materiales y contaba con el equipamiento más sibarita, estando de hecho pensado para satisfacer a la clientela más poderosa económicamente y siendo uno de los coches favoritos de millonarios, actores, cantantes… (Elton John por ejemplo tuvo uno). Hasta tal punto llegaba su exclusividad que fue durante algún tiempo el automóvil más caro a la venta en el Reino Unido, aunque este hecho no fue impedimento para que se produjesen unas 60 unidades durante su vida comercial. Añadir por último que se podía encargar con varios tipos de carrocería (4 puertas berlina, 2 puertas convertible, 6 puertas limusina o 2 puertas coupé) y que, como dato curioso, fue el automóvil en el que se movía la malvada “Cruella De Vil” en la película de Disney “101 dálmatas”.
El modelo Rio apareció en 1975 y tan sólo estuvo dos años a la venta. Para su creación se partió de un Triumph Dolomite, por lo que estamos ante una berlina de 4 puertas de diseño bastante convencional. Toda la parte mecánica también procedía de este vehículo inglés, y en el apartado de motores había dos opciones posibles: un 1.850 cc utilizado en el modelo base y un 2.0 16 válvulas (procedente del Dolomite Sprint) que se montaba en el “Rio Especial”, siendo ambos 4 cilindros en línea. El objetivo de Robert Jankel cuando creó este Rio era realizar un sedán medio con unas características mecánicas digamos que convencionales pero con un nivel de lujo y opulencia a la altura de un Rolls-Royce (de hecho el frontal se parece sospechosamente…), y para ello se le dotó de un interior plagado de cuero Connolly, madera de nogal, alfombras de pelo largo o detalles en aluminio dignos del mejor artesano. Podemos decir que se le buscaba posicionar un peldaño por debajo de los Rolls-Royce y pretendía ser una alternativa para el que buscase un coche de esas características pero con un precio un poco más ajustado. En un primer momento Jankel pensó que su idea iba a ser todo un éxito y albergaba unas expectativas de venta bastante altas, pero el público no vio por ningún lado las supuestas ventajas del Rio (que en realidad era simplemente una versión lujosa del Dolomite que se vendía nada más y nada menos que al triple de precio que este) y la producción final de este modelo se quedó en una cifra cercana a las 20 unidades según el “Panther Car Club”.
El Lima fue presentado en 1976 y es junto con el Kallista el modelo más popular de todos los fabricados por Panther. Al contrario que los elitistas vehículos creados por esta marca que hemos visto hasta ahora, el Lima se creó con una cierta vocación de “superventas” ya que no era demasiado caro gracias a que empleaba soluciones mucho más asequibles que el resto. Como ejemplo, tomaba prestada casi toda la parte mecánica del Vauxhall Magnun, y su motor era el 4 cilindros con 2.3 litros y 110 cv utilizado también en esta pequeña berlina. La caja de cambios también procedía de Vauxhall y era manual de 4 velocidades, aunque opcionalmente también se podía adquirir con caja automática, y la carrocería por su parte estaba fabricada en fibra de vidrio. Este roadster de estilo clásico fue producido desde 1976 hasta 1982, con una 1º serie que duró hasta 1978 (unas 600 unidades) y una 2º que introduce algunas mejoras como un chasis tubular reforzado (aproximadamente 300 unidades producidas). Igualmente, en 1979 aparece la versión “Turbo”, con un nuevo motor sobrealimentado que rendía 180 cv y algunas modificaciones más como unas llantas de aleación de 14 pulgadas.
Aparecido en 1977, el Six se puede considerar con diferencia el automóvil más especial y a la más extravagante de todos los producidos por esta firma. Estamos ante un descapotable con 6 ruedas (monta un doble eje delantero cuyas ruedas giran todas solidarias entre sí) inspirado en el legendario Tyrrell P34 de Fórmula 1 que alberga además un imponente V8 de 8,2 litros con doble turbocompresor de origen Cadillac (su potencia ronda los 600 cv…) acoplado a una caja automática de 3 velocidades. Su lujoso interior no se quedaba atrás, y aparte de emplear con profusión el mejor cuero presume de un equipamiento que incluía elementos como teléfono, televisión, o un avanzado equipo de sonido entre otras exquisiteces. Tan sólo dos unidades del Six fueron producidas, uno color blanco y otro negro, y precisamente el primero de ellos participó hace bien poco en el concurso de elegancia del famoso certamen “Villa d´Este” celebrado esta pasada primavera en Italia. (https://www.youtube.com/watch?v=QfY_X0A3JlE) En este vídeo grabado justamente en este certamen podéis ver en movimiento a este singular Six y observar de cerca todas sus “extravagancias mecánicas”.
Fabricado desde 1982 hasta 1990 y estando ya Panther bajo el control de la firma coreana “Jindo Corporation”, el Kallista está considerado como el sucesor del Lima (lo cierto es que existe un parecido bastante grande entre ellos), y de hecho a todos los efectos lo podríamos considerar como un Lima modernizado y mejorado en algunos aspectos. Al contrario que su antecesor, el Kallista toma prestada la mayor parte de su base mecánica de Ford, utilizando una amplia gama de motores que iban desde un 1.6 hasta un V6 de 2.900 cc, y pudiendo igualmente sus compradores escoger entre una caja manual de 4 velocidades primero y de 5 después o una automática de 3. Su marcada orientación digamos que “popular”, junto a su exportación a países tan variopintos como Australia, EEUU, Sudáfrica, Japón o casi toda Europa (incluida España) le llevó a ser el modelo Panther más vendido de la historia de la marca, consiguiendo despachar según algunas fuentes consultadas la cifra de 1.437 unidades. Como era habitual en la marca, el interior estaba muy cuidado y presentaba un diseño retro muy atractivo, abundando el cuero y la madera de calidad, aunque por el contrario no destacaba precisamente por su comodidad a bordo (culpa de su suspensión trasera de eje rígido) ni por tener un consumo contenido, especialmente con los dos vetustos motores V6 (2.8 y 2.9) alimentados por carburador.
El “Solo” fue el último vehículo producido por Panther, y se trata de un deportivo con carrocería coupé y motor central que estaba llamado a ser el sustituto del Kallista. Tan sólo estuvo 2 años en el mercado (1989-1990) y todos los datos apuntan a que fue un sonoro fracaso de ventas, ya que parece ser que la producción total no llegó siquiera a las 25 unidades. Buena parte de la culpa de este fiasco seguramente la tuvo el alto precio de venta (su precio en Inglaterra en 1990 era de unas 40.000 libras), que le hacía incapaz de luchar contra otros modelos similares como por ejemplo el Toyota MR2. Existieron dos versiones de este coupé: el “Solo 1”, un biplaza que contaba con una ligera carrocería de fibra de vidrio, tracción trasera y un motor Ford de 1.600 cc; y el “Solo 2”, un 2+2 que era una versión más prestacional y deportiva y que montaba el motor 2.0 turbo del Sierra Cosworth, tracción a las 4 ruedas y además empleaba materiales sofisticados como el kevlar, fibra de carbono y aluminio en muchos de sus componentes (el único que salió a la venta finalmente fue el “Solo 2”). Añadir ya para terminar que las críticas que cosechó el Solo entre los periodistas especializados que lo pudieron probar fueron en general muy positivas, aunque por desgracia el coche era económicamente inviable para la empresa y supuso la estocada mortal para Panther, que, ya en manos de SsangYong, dejó su país natal para establecerse en Corea del sur y no volvió a sacar ningún modelo más.
Dada la exclusividad y las reducidas ventas que tuvieron en su momento los vehículos Panther, hacerse hoy en día con uno parece una tarea bastante complicada. De entrada hay modelos que resultan casi imposible de encontrar, y de hacerlo sus precios serán con toda seguridad astronómicos. Nos estamos refiriendo al FF, De Ville, Rio o Solo (del Lazer y el Six ya ni hablamos…), por lo que la oferta se reduce prácticamente a los dos “superventas” de la marca, el Kallista y, en menor medida, el Lima.
Aunque su mercado principal lógicamente es el Reino Unido, también podemos encontrar alguna unidad a la venta repartida por el resto de Europa, e incluso en nuestro país.
El Kallista y el Lima se mueven en un abanico de precios bastante amplio que va desde los 12.000 hasta los 25.000 euros, estando algo más baratos los ejemplares que montan una mecánica más modesta y, como es lógico, siendo más caros los que equipan el V6. La buena noticia es que al tratarse de coches de capricho los kilometrajes son mayoritariamente muy bajos, estando el tope en unos 100.000 kms, y la gran mayoría presentan un aspecto muy cuidado.
Como nota curiosa, señalar que sólo he sido capaz de encontrar dos unidades Panther a la venta en nuestro país (en la mayoría de las webs de vehículos de ocasión ni siquiera aparece la marca), uno en las Islas Canarias y otro en Madrid, y más curioso todavía es que la unidad que está en la capital es un muy exclusivo J72 con el volante a la izquierda y tan sólo 13.000 kms recorridos por el que piden 88.000 euros…