por EDUARDO. Siempre es de agradecer que los fabricantes de automóviles se muestren osados y lancen al mercado conceptos novedosos y arriesgados que rompan con la norma establecida y nos saquen de paso de la monotonía que suele reinar, especialmente en los últimos tiempos, en el mundo de las cuatro ruedas. Uno de los ejemplos más destacados que han ocurrido en los últimos 20 años que ilustra perfectamente esta idea es el protagonista de este artículo, una “locura americana” llamada Plymouth Prowler. Podrá gustar más o menos y algunos pueden decir (con cierta razón) que es bastante mejorable en algunos aspectos, pero a espectacularidad, atrevimiento y diferenciación muy pocos coches a nivel mundial pueden hacerle sombra.
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por JULIO. Las relaciones entre las Dictaduras del mundo y el mundo de los automóviles es bastante directa. El otro día en un tweet una seguidora de Clásicos y Usados preguntaba en tono irónico que en qué países todos los coches eran clásicos para irse a vivir a él. La verdad es que haberlos, los hay. Ahí están Cuba o Corea del Norte. Todos los coches que circulan por el país (o al menos el 95%) son clásicos a la fuerza porque nadie tiene ni para comprarse ni un Dacia Sandero de segunda mano. Las dictaduras comunistas se llevan la palma aunque otras hay por ahí que fuerzan a la gente a tener coches con 30 años como lo más normal del mundo mientras los adeptos al régimen de turno conducen Hummers o Mercedes de última generación, como son Yemen, Palestina, Egipto y unos cuantas más. Y no nos olvidemos de la RDA y sus Trabant, que nos pillaban más cerca.
Pero vamos con un par de historias curiosas. |
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