Para los que no conozcan esta prueba, comentar que la subida a la Bien Aparecida se corrió por primera vez en el año 1967, y desde entonces se vino celebrando con gran éxito hasta el año 2004, momento en el que tras una serie de circunstancias adversas se dejó de realizar. Algo más de una década por tanto ha pasado hasta que afortunadamente ha sido recuperada por la peña deportiva “Rio Vallino”, quienes son sus actuales organizadores. En todo este tiempo de esplendor pasado, esta subida consiguió situarse en la élite de la categoría de montaña y llegó a estar considerada como una de las grandes a nivel nacional, siendo puntuable durante muchos años para el campeonato de España de la especialidad. Fueron tiempos donde se presentaban inscripciones que superaban ampliamente los 100 participantes (y donde no faltaba ningún piloto “top”), la asistencia de aficionados se contaba por decenas de miles y el espectáculo que se podía contemplar en sus rampas era siempre impresionante.
Como dato anecdótico, añadir también que en esta prueba debutó con tan sólo 16 años el hoy piloto mundialista Daniel Sordo, concretamente en el año 1999 y a los mandos de un BMW 323 Alpina.
Por todo esto, la recuperación de esta subida ha supuesto para los aficionados una gran alegría, y dado el éxito obtenido en todos los aspectos el pasado fin de semana bien se podría pensar en una vuelta al Olimpo de la Bien Aparecida, lugar que por cierto nunca debió abandonar.
Centrándonos ahora en esta 33ª edición, comentar que la lista de inscritos presentaba un nivel excelente, con casi 80 participantes entre los que se encontraban pilotos de la talla de Andrés Vilariño, Joseba Iraola, Manolo Cabo, Juan José Abia, Bruno Scherer o Lebeiti, por poner algunos ejemplos. El recorrido era el mismo de siempre, es decir, los casi 4 kms que tiene la subida desde Ampuero hasta el santuario de la Bien Aparecida (que por cierto es la patrona de Cantabria), con la salvedad de que esta carretera se remodeló hace un tiempo y ahora presenta un trazado más amplio y rápido que antaño. Como comentábamos al principio, todo salió a la perfección y no hubo el más mínimo incidente, gracias sobre todo a una magnífica organización y a un público responsable y bien colocado en todo momento, algo imprescindible en estos tiempos actuales para garantizar el futuro de una prueba de este tipo (aquellas épocas de locura y caos con el público invadiendo la calzada o colocado en puntos de riesgo parece que por fin, y tras tener que lamentar varios accidentes trágicos, terminaron…).
Ya para terminar os dejamos con algunas fotografías tomadas en el parque cerrado de la meta y con un vídeo que ha colgado la gente de Toranzo WRC (https://www.youtube.com/watch?v=fZfkkdxlm_0), y deseando desde aquí que esta prueba tan significativa, que nunca se debió dejar de celebrar, siga adelante por muchos años más.