Hasta la fecha nunca habíamos dedicado ningún artículo a hablar de nuestros coches y vivencias personales, pero creo que en esta ocasión puede resultar interesante contaros mis experiencias y reflexiones sobre la revolución que he llevado a cabo y sobre los coches que he tenido la suerte de disfrutar. Comencemos...
Mis tres automóviles a los que hacía referencia son un VW Golf TDI comprado nuevo en el año 2010, un Alfa Romeo GTV 2.0 TwinSpark del año 2001, y un Mazda MX-5 1.6 del año 2002. Dado que el Golf era el coche más moderno, práctico, económico, seguro, etc, y aunque es una "lavadora" comparado con los otros dos, fue el elegido para quedarse. Por tanto decidí poner a la venta los otros dos y una vez vendidos adquirir otro "juguete".
Seguro que ya sabréis todos que el proceso de venta de un vehículo suele ser lento y trabajoso. Si lo queréis hacer todo por vuestra cuenta consiste básicamente en poner el anuncio en las principales webs de compraventa que existen y esperar a que te llamen los posibles interesados, rezando a la vez para que no den contigo los abundantes pelmas, estafadores, jetas y demás gente que suele abundar por estos submundos... Yo por suerte, y salvo un par de contactos que tuve de "regateadores" profesionales a los que directamente ignoré, he dado con gente seria y realmente interesada, por lo que en este aspecto no me puedo quejar mucho.
Resulta también curioso observar como hay coches con buena imagen y deseados, y otros en cambio que parecen "apestados" que no quiere nadie. Digo esto porque, a pesar de poner al mismo tiempo a los dos a la venta y a un precio razonable y en consonancia con el mercado, el MX-5 se vendió bastante rápido y apenas estuvo poco más de un mes a la venta (y eso que era puro invierno...) y por contra, el GTV, a pesar de ser más barato y ser un coche, en mi opinión, muy atractivo y exclusivo, despertó muy poco interés y tardó aproximadamente medio año en encontrar nuevo dueño.
Lo cierto es que ya contaba con que pasase esto y no me sorprendió mucho. Se que el roadster japonés es un modelo que tiene muchos admiradores y que la marca italiana despierta muchos recelos por absurdas leyendas urbanas de hace 30 años, pero siempre sorprende hasta que punto se inclina el interés hacia uno o hacia otro. No cabe duda, y de esto sabrán mucho los compraventa profesionales, que hay coches "que se venden solos" y otros en cambio que parece que la gente no los quiere ni regalados...
Otro aspecto en el que estoy contento es en el tema de la depreciación. Aclaro que yo no compró este tipo de coches de capricho para hacer negocio ni especular con ellos sino porque me gustan, pero es obvio que tampoco quiero perder un dineral en cada transacción. Pues bien, lo cierto es que económicamente no me puedo quejar ya que la jugada me ha salido bastante bien.
El Mazda lo he disfrutado durante 4 años aproximadamente y lo he vendido un 10% por debajo de lo que me costó en su momento, mientras que el Alfa también lo he disfrutado durante 3 años y medio y he perdido un 6% del importe que pagué en su día. En este sentido me doy por muy satisfecho, he conducido y gozado dos grandes automóviles durante unos años y la pérdida de dinero ha sido prácticamente insignificante.
Ahora, y por si alguien está interesado en adquirir un MX5 o un GTV, haré un pequeño comentario de mis impresiones personales sobre ambos.
El MX5 es un "juguete". Es la mejor manera de definirlo que se me ocurre, y en la relación precio-disfrute no tiene rival. Conducirlo es un placer por muchas razones (el hecho de ser cabrio, su comportamiento juguetón, la postura de conducción, su ligereza, el maravilloso cambio, el tacto de la dirección...) y la verdad es que pocas pegas serias se le pueden poner. Su pequeño habitáculo si eres de talla grande, unos frenos que se quedan un poco justos en conducción deportiva, o un motor (el mio era el 1.6 de 110 cv) que se queda pequeño en ciertas ocasiones son sus mayores defectos, pero yo soy de los que opinan que sus grandes virtudes pesan mucho más que estas pequeñas imperfecciones. La fiabilidad, al menos en mi caso, ha sido excelente, y el coche no sufrió ninguna avería en los 4 años que lo tuve (cuando digo ninguna es que ni siquiera se fundió una bombilla...). El consumo por su parte se movía entre los 7 y los 8 litros en una conducción a ritmo normal por autovía y carretera.
Pasando ahora al GTV, el sabor de boca que me ha quedado ha sido igualmente buenísimo. Es una preciosidad de coupé que va muy bien en carretera y que, aunque no resulta práctico (las plazas traseras están casi de adorno y el maletero es ridículo) destila diseño y pasión por los cuatro costados. Está claro que el GTV perfecto es el V6 Busso, pero el motor 2.0 Twin Spark tampoco decepciona: anda bastante bien (rinde 150 cv), tiene un sonido deportivo muy atractivo y el consumo en carretera a ritmos normales se mueve entre los 8 y los 9 litros. Con 200 kgs menos de peso y tracción trasera hubiese sido aún mejor, pero a pesar de ello el comportamiento es excelente y el coche va sobre raíles. Además, los interiores también son atractivos y de calidad y no resulta especialmente problemático en el tema de la fiabilidad. Las dos únicas averías que sufrí en 3 años y medio fueron el termostato y el sensor de revoluciones del cigueñal (son dos averías bastante típicas de este motor), pero ni fueron reparaciones costosas ni el coche estuvo más tiempo dentro del taller que fuera como afirman algunos acerca de los Alfa.
He de decir que con ambos he pasado grandes momentos, he viajado, he recorrido rutas maravillosas, y me han dado muchas satisfaciones, y si pudiera volver atrás en el tiempo los volvería a comprar sin dudarlo. Asi que a modo de resumen, si os gustan estos modelos y estáis interesados en adquirir cualquiera de los dos mi consejo es que adelante, no os arrepentiréis.
Ilustremos con unas fotos de los susodichos en todo su esplendor...
Como decía, la lista al principio era más amplia pero acabó reducida a tan sólo unos pocos autos. Algunos de los que fui descartando con el paso del tiempo fueron el Volvo C70 coupé (sólo me interesaba el modelo tope de gama de 240 cv pero su imagen me parecía demasiado seria para mi), el Audi TT de 1º generación (miré tanto el coupé como el cabrio, pero lo deseché porque está ya muy visto y porque en materia de diseño me gusta más la 2º generación, que está bastante más cara...), el BMW Z3 (únicamente le quería con motor de 6 cilindros pero me parecía que sus precios estaban bastante elevados para tratarse de un modelo que ronda los 20 años), el Toyota MR2 (un buen sustituto para el MX5 pero del que hay poca oferta y cuesta encontrar uno en estado original), y luego una serie de modelos que me gustaban mucho pero a los que no me llegaba el presupuesto, como son el Nissan 350Z, el Opel GT y el Honda S2000 (una buena unidad de cualquiera de ellos supera los 13.000 euros sin problemas y yo no quería gastar tanto).
Tras darle muchas vueltas y después de incontables consultas a las webs de vehículos de ocasión por fin tenía claro cúal iba a ser mi próximo coche. Éste estaba desde el principio en los primeros puestos de la citada lista de candidatos, y además suponía el, para mi al menos, aliciente de seguir fiel a una de mis marcas favoritas. Asimismo representaba la evolución lógica de uno de los dos vehículos que vendí ya que fue su sustituto cuando éste desapareció del mercado, y era bonito, exclusivo y estaba dentro de mis posibilidades económicas... por lo que no había duda, él era el elegido. Por si no lo habéis adivinado aún aquí está...
La búsqueda del Brera perfecto también resultó ardua. Es un coche del que hay muy poca oferta (especialmente de las versiones de gasolina) y si le quieres de un color en concreto, o una motorización o equipamiento determinado lo cierto es que hay muy poco entre lo que elegir. Personalmente tenía muy claro que debía ser gasolina, y de entre los tres motores que montó el Brera el elegido fue el 2.2 JTS de 185 cv.
El 1.8 turbo de 200 cv es prácticamente imposible de encontrar ya que en su momento se vendieron muy pocas unidades, además su precio es muy elevado en comparación con los demás porque es el más moderno y equilibrado y por tanto el más deseado por todo el mundo. El V6 de 3,2 litros y 260 cv es el más atractivo y prestacional, pero también el más oneroso de todos, y si, como me ocurre a mi, las prestaciones no son vuestra prioridad, el 2.2 resulta más que suficiente para mover el coche dignamente.
En lo referente al color, en un principio tenía claro que lo quería en rojo porque me parecía el color más adecuado y que más resaltaba sus líneas, hasta que pude ver en persona el azul metalizado que luce mi pequeñín... Sólo puedo decir que las fotos no le hacen justicia y en persona resulta un color muy bonito y elegante, y aunque para gustos los colores, en mi opinión es el color que me mejor le sienta al Brera.
Otras cosas que a mi me parecían imprescindibles eran la tapicería en cuero, el techo panorámico "Skyview", las llantas de 18 pulgadas, o que estuviese de estricta serie y, por supuesto, bien mantenido y cuidado. Todo esto lo encontré en la unidad que hoy día tengo la suerte de disfrutar y, aunque aún es pronto para hacer una análisis profundo ya que hace apenas dos semanas que lo compré, ya os adelanto que dentro de un tiempo prudencial en el que pueda ir sacando conclusiones publicaremos una detallada prueba de él.
Y hasta aquí llega este artículo en el que por una vez os hemos contado nuestras vivencias personales, ya sabéis que si queréis contarnos las vuestras siempre serán bienvenidas.