En primavera de 1994 Carver patentó la tecnología DVC™, (Dynamic Vehicle Control) lo que facilitó el desarrollo del único vehículo de esta marca, el Carver One.
Como resultado en septiembre de 1994 van den Brink fundó Brink Technologies Group BV encabezada por su hijo Ing. Chris van den Brink, en Holanda. Las actividades de ingeniería relacionadas con el desarrollo de la tecnología DVC se llevaron a cabo bajo el nombre de Brink Dynamics. Ya en 2006 el nombre de Carver sustituyó al de Brink Dynamics, que es con el que se lanzó al mercado el pequeño Carver One.
El Carver One es probablemente unos de los vehículos más extraños que te puedes encontrar por las carreteras. Su concepto es una mezcla entre el Isetta, un ciclomotor, un Renault Twizzy…pero lo más importante es que, al igual que una moto, se inclina en las curvas.
La tecnología DVC de la que antes hablábamos, se aplica a un concepto mixto entre coche y moto. Construyeron una cabina con una rueda frontal y dos traseras. La rueda frontal y la cabina van unidas mientras que las ruedas traseras soportan el motor y el sistema hidráulico que hace funcionar el DVC. ¿Qué es exactamente el DVC™? El DVC™ es un sistema hidráulico-mecánico que en todo momento monitoriza tanto el grado de giro del volante como la velocidad y fuerza con la que se hace. Mediante servoválvulas y cilindros que gestionan la inclinación, la cabina es capaz de tumbar lateralmente igual que lo haría una moto en una curva.
El motor que da vida a este triciclo es un cuatro cilindros de 660cc y 16 válvulas con turbo intercooler. Su potencia máxima es de sólo 65 CV a 7.500 rpm con un par máximo de 100 Nm a 4.000 rpm, pero es que no necesita mucho más para ponerse a 185 km/h con una aceleración de 0 a 100 en unos ocho segundos. Lleva una transmisión manual de cinco velocidades y discos de freno en todas las ruedas. A propósito de las ruedas, estas son de 17 pulgadas delante y 15 detrás.
Otra de las características que acercan al Carver One a una motocicleta es su configuración en tándem, es decir, 1+1. El piloto y el pasajero van sentados uno detrás de otro consiguiendo casi las mismas sensaciones. Eso sí, a pesar de esto el puesto de conducción es similar al de un vehículo habitual con volante (no manillar), indicadores analógicos, palanca de cambios situada a la derecha, etc.
Su excesivo precio de salida, de casi 40.000€, hizo de esta buena idea un invento al alcance de muy pocos. Entre 2006 y 2009 se fabricaron solo unos 200 Carver One. Como resultado de la falta de pedidos y la crisis económica de 2009, Carver tuvo que cerrar. Actualmente, bajo un nombre diferente intentan vender el DVC bajo licencia a otras aplicaciones.
Comprar una unidad hoy en día es un trabajo de búsqueda por diversos países de Europa, y a ver si hay suerte. Actualmente, buscado en la página www.carandclassic.co.uk, referencia de coches clásicos o raros en Europa he encontrado una unidad a casi 46.000 libras y 0km, lo que es un precio bastante alto pero una oportunidad única...y es que estamos hablando de muy pocas unidades disponibles.
También he encontrado 2 unidades en España. La primera en Sotogrande de la que no se dice ni el precio, y la segunda en Zaragoza por 27.500€ y 43.000km. Una buena oportunidad de disfrutar de un vehículo tan especial y que en mi opinión difícilmente bajará de precio en los próximos tiempos, primero por su exclusividad, y segundo porque es un clásico ya, aunque cuente con escasos años de vida. Una buena inversión de futuro.