Lancia intentaba recuperar el prestigio que se le iba apagando poco a poco, desde aquellos alucinantes Fulvias de los 70 hasta los Delta de los 80. Lancia quería dejar claro que cuando quería, podía, y que el 8.32 volvía a meter de lleno a Lancia en el mundo de los deportivos junto a su Delta Integrale, otra “macchina” de la que hablaremos en su momento. Porque del resto de Lancias, o sea los que no eran tope de gama, mejor ni hablamos. Ver hoy en día un Delta 1.6 de aquella época es como ver un coche chino, un dolor a la vista
La base de este 8.32, el Thema, era una berlina clásica, grande, de lujo. En aquella época era un coche de impresión. Me monté en un Thema de un familiar cuando tenía 10 años, y lo recuerdo silencioso, amplio, potente, un cochazo para el momento (mediados de los 80), donde Lancia era una marca de lujo reconocida.
Lancia, que en los 70 era una marca reconocida como deportiva y lujosa al mismo tiempo y de diseño elegante, se las apañó en los 80 para aunar una gama lamentable, unas mecánicas peor que las de los Alfas de la época, y un diseño ramplón. Aún hoy día sigue pagando en España esa fama, y aún con el nuevo Delta en cartera, un coche excepcional, no termina de levantar cabeza…una pena, y vamos a ver si FIAT no termina matándola de modo definitivo, o se arrepiente al final.
El Thema de la época (se vendió entre 1984 y 1994) era por tanto un coche de alta gama con motores de gasolina 2.0ie de 8V (116CV-120CV), 2.0ie 16V (150CV), 2.0ie turbo (177CV) y 2.8V6 (150CV). Hay muchas versiones de gasolina con ligeras variaciones de potencia. Las versiones diésel llegaron ya en los 90 (2.5turbodiésel de 105CV). El Thema compartía chasis con los Alfa Romeo 164, Fiat Croma y Saab 9000, pues formaba parte de un proyecto común de los fabricantes para ahorrar costes en plataformas.
Cuando se concibió en proyecto del 8.32, no se sabía muy bien el alcance de su éxito, esperando que fuera algo que revitalizara Lancia. El motor del 8.32 se fabricaba en la factoría Ferrari de Maranello, el coche se ensamblaba en la fábrica de Lancia de San Paolo, e incluso parte de la producción acabo haciéndose en la factoría de Ducati.
Por fuera se diferenciaba del resto de la gama Thema por las llantas de 15" –de diseño inspirado en las de Ferrari-, los logos 8.32, el doble escape, la línea adhesiva a media altura de carrocería y el alerón retráctil -más estético que funcional- que se desplegaba a partir de 160 km/h automáticamente o manualmente pulsando un botón.
Dentro, contaba con unos asientos específicos, un completo salpicadero revestido de madera pero con relojes muy deportivos, y una tapicería de cuero cosido a mano por Poltrona Frau.
El motor F105L con inyección KE3 Jetronic rendía 240 CV en el Ferrari 308 Quattrovalvole, pero Lancia consideró conveniente reducir ligeramente la potencia para hacer al coche más dócil y así evitar las pérdidas de tracción que se producen en un tracción delantera tan potente y sin ayudas electrónicas (no había controles de tracción).
La jugada les salió muy bien, haciendo del coche un ejemplo de motricidad.
Se rediseñó el cigüeñal y la admisión de modo que el comportamiento del motor fuera un poco menos deportivo pero igualmente de rápido, acelerando de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos y cubriendo el kilómetro desde parado en 26,8 segundos. La velocidad punta era de 240 km/h.
THEMA 8.32 (1989). FASE II.
Las normativas anticontaminantes de finales de los 80 hicieron que Lancia tuviese que acoplar un catalizador en el sistema de escape del Thema 8.32. Debido a ello, la potencia bajó hasta los 205 CV y el par se redujo a 263Nm. La aceleración de 0 a 100 km/h pasó a ser de 7,2s, alcanzando 234 km/h. El coche perdió algo de brío, aunque seguía siendo potente.
UNIDADES PRODUCIDAS
En total entre 1986 y 1992, se fabricaron 3.971 unidades -2.370 de la Fase 1 y 1.601 de la Fase 2-, de las cuales 64 iban pintadas en color rojo Ferrari. El resto se ofrecía en verde, gris, negro, azul o el característico rojo cereza.
De estas 3.971 solamente 20 son unidades con carrocería Station Wagon, por lo que esta versión sí que es verdaderamente un coche excepcional.
Al volante, la primera impresión es rara, porque la regulación eléctrica del asiento no soluciona que la banqueta sea ligeramente corta o que el respaldo sea excesivamente convexo, de forma que, aun situando el mando de regulación del apoyo lumbar en su posición más retraída, no es fácil apoyar toda la espalda en el asiento.
Los pedales quedan bien situados, con el acelerador muy próximo al freno y contando con un buen apoyo para el pie izquierdo. El volante es regulable en altura y está forrado de cuero, pero quizá peque de ser un poco grande de diámetro y ligeramente delgado en el grosor. El resultado es una postura relativamente buena para conducir relajado, pero mala para ir rápido porque los asientos no sujetan lateralmente prácticamente nada.
Por debajo de 4.000 rpm la mecánica es potente y elástica, pero no tiene demasiada garra. Sin embargo, una vez superada esta barrera, el coche cambia buscando cada vez velocidades más elevadas. Es precisamente en este contexto donde el Lancia Thema 8.32 muestra sus excelencias. La verdad es que subir o no el spoiler trasero apenas tiene importancia, fuera del terreno puramente estético, pues en prestaciones la diferencia es muy poco apreciable y en conducción dinámica tan sólo cuando se circula a velocidades realmente elevadas se aprecia un mayor asentamiento del tren trasero, circunstancia que por otra parte no es nada imprescindible.
Sin duda, el comportamiento del Lancia Thema era uno de los mejores de la época pues combinaba muy buena estabilidad con un confort más que suficiente. La dirección es suficientemente rápida y permite adoptar un ritmo de marcha rápido incluso en carreteras viradas, donde la longitud del vehículo podía impedir un comportamiento realmente ágil. La única pega viene de la servodirección, muy potente a baja velocidad, lo que facilita su conducción por tráfico urbano, pero demasiado asistida a alta, haciendo que se pierda un poco el necesario tacto que se precisa en estas circunstancias.
Es un placer ver subir la aguja del cuentarrevoluciones, hasta las 7.500 rpm como en un deportivo, subiendo cada vez con más rapidez según nos acercamos al régimen máximo. Siendo capaz de alcanzar tantas vueltas no ha sido necesario dotarlo de desarrollos muy largos, lo que le viene muy bien de cara a las prestaciones, pero también perjudica notablemente al consumo. De 15 litros es complicado bajar como pises un poco el acelerador, llegando a consumos de 18.
Los resultados obtenidos en velocidad punta y aceleración son realmente destacados, y en general es un coche con buen comportamiento, prestaciones adecuadas y además fue se conduce con relativa sencillez, es fácil de llevar, así que no hace falta ser piloto por mucho que lleves un motor Ferrari.
PROS
Estabilidad del coche a alta velocidad.
Aceleración y velocidad punta.
Equipo de frenos (284 mm delante y 251 mm detrás)
Calidad de interiores.
CONTRAS
Muchos problemas de electrónica.
Suspensión más blanda de lo esperado.
Postura de conducción rara.
Mantenimientos de locura: Correa de distribución cada 40.000km y a precio mínimo de 1.800€ debido a las horas de trabajo.
Determinadas piezas de repuesto caras o muy difíciles de encontrar (solo a través de Italia), como paragolpes, retrovisores, anagramas.
CONCLUSIONES
Dado el precio que se maneja actualmente para unidades en España (no hay muchas) o en Italia (donde si puedes encontrar más), que es de alrededor de 7.000€, nuestras conclusiones son las siguientes:
- Si bien el coche no está nada mal, corre y es estable, según los kilómetros que le hagas puedes tener que hacer mantenimientos caros.
- El coche está bien, pero visualmente no es nada del otro mundo. Hay muchos Lancia mucho más bonitos que este, aunque más caros es cierto.
- No creo que se revalorice mucho, y hay bastantes unidades circulantes, aunque es cierto que buscando en internet tampoco encuentro demasiadas en España en venta (sí en Italia).
- No aporta nada muy especial como clásico, a no ser que seas un Lancista de toda la vida.
Nuestra conclusión es clara, no consideramos que el Thema 8.32 merezca la pena como coche clásico o de inversión. Como inversión creo que solamente buscaríamos un Thema 8.32 SW por el tema de que solo existen 20 unidades. Juzgad por vosotros mismos y opinad cuanto queráis, pero para un Lancia clásico yo recomiendo irse a modelos de los 70 o directamente a por el Delta Integrale...aunque necesitaréis bastante más pasta.
¿Alguno de vosotros tuvo o tiene este coche?
Si queréis saber más o conocer otras versiones curiosas del Thema os recomiendo la siguiente web italiana.