Tras la muerte de Ferdinando Innocenti en 1966 (fundador de la marca en 1947 en Milán), su hijo Luigi se convirtió en presidente de la compañía, pero dentro del contrato con Bristish Leyland (que por entonces les permitía producir vehículos bajo licencia Morris), había una sucia cláusula que indicaba que con la muerte de Ferdinando la empresa sería vendida a BLMC. Aunque se trató de evitar la ejecución de dicha cláusula, finalmente Innocenti fue absorbida por BLMC por un precio de 3 millones de libras de forma ineludible. Como interventor de BLMC en aquel momento, Geoffrey Robinson viajó a la planta de Milán para realizar una evaluación de las capacidades de la empresa e impresionado con lo que vio, logró convencer al mandamás de BLMC, Donald Stokes, de que él era el hombre adecuado para el trabajo de dirigir Innocenti, una empresa a su juicio con un futuro inmejorable. Siempre se rumoreó que no solo la capacidad de la fábrica había convencido a Geoffrey sino que también había una bonita italiana de por medio.
Si bien las primeras series del 90 y 120 rendían 43 y 63cv respectivamente pronto fueron actualizados con pequeñas mejoras llegando a los 49 y 65cv. Ambos modelos compartían una caja manual de cuatro velocidades aunque con distintas relaciones como es evidente.
El nuevo Innocenti Mini fue una forma de probar un nuevo diseño capaz de sustituir al Mini original, por lo que BLMC esperaba una respuesta del público favorable para más adelante sustituir el Mini original por el de Bertone. Pero finalmente estos planes se quedaron en nada, porque tras un año en el mercado la propia BLMC acabó quebrando y en mayo de 1976 Innocenti fue vendida a un viejo conocido de la automoción italiana, Alejandro De Tomaso, y al grupo público GEPI (Società per le Gestioni e Partecipazioni Industriali).
Los nuevos dueños renombraron al grupo Nuova Innocenti y continuaron construyendo coches sin más cambios que el propio nombre. Es curioso que el Mini de Innocenti, como pasaba con el original, era mucho mejor en equipamiento y acabados que el propio Mini británico, por lo que se ganó muy buena reputación en varios mercados, desde el italiano hasta el francés.
En 1976 de nuevo en el Salón de Turín, De Tomaso en persona presentó el Innocenti Mini Turbo De Tomaso, largo nombre para un pequeño bólido como el Mini pero con paragolpes plásticos, faros antiniebla, pasos de rueda ampliados y un motor de 71cv que hacía ir muy rápido a este pequeño. Entró en producción en 1977 y en 1978 elevó su potencia hasta los 74cv.
Con unas ventas bastante buenas en Italia y Francia como mercados principales, pero con buenos números también en Alemania, España, Portugal, etc… (No en Reino Unido, donde se seguía vendiendo el Mini original), en 1980 se produjo el primer retoque estético del modelo, pasando el coche a denominarse Mini Mille. El Mille con su motor de 1.000cc reemplazó los modelos 90 y 120 por un único modelo.
El Minitre de 1984 y 85 se vendía con el motor de 52cv en versiones S, SL y SE, con cajas de cambio de 5 velocidades e incluso una caja automática de 2 relaciones disponible desde 1984 (Minimatic).
Mientras que los motores Daihatsu fueron considerablemente más caros que las unidades británicas, Alejandro De Tomaso declaró que estaba más que compensado con la bajada de reparaciones en garantía. En 1984 dijo que las reparaciones en garantía habían bajado un 70% respecto a cuándo los Mini montaban los motores británicos. Su mayor problema, decía Alejandro, era que su red de servicio contaba con demasiado personal como resultado de unos motores de mayor calidad. Para ser sinceros este exceso de personal también se debía a la disminución de las cifras de producción de manera constante algo que De Tomaso trató de mejorar al ofrecer un producto más lujoso y personalizable que lo hizo su principal competidor por entonces, FIAT, el cual terminaría ganándole la partida comprando Innocenti en 1990.
En 1986 se acabaron los años dorados del Mini Bertone. De aquí en adelante, hasta el cese de producción del Minitre en 1993, el coche sobrevivió como pudo. En 1986 se presentó en Minitre 990, con batalla más larga (16cm más) y motor gasolina y diésel. El 990 venía equipado también según versiones, S, SL y SE e incluso se comercializó una versión comercial, el Mini 990 C de “Commmerciale”.
Al 650 le sucedió el aún más pequeño 2 cilindros de 550cc, que salió a la venta en enero de 1988 con el nombre de “Mini 500”. En 1990 Daihatsu dejó de fabricar los motores de 2 cilindros y el Mini volvió a llevar los tricilíndricos de 660cc.
Como más adelante veremos en 1990 De Tomaso vendió Innocenti a FIAT, y los días del Innocenti Mini estaban contados. El Innocenti Mini recibió algunos cambios, como un nuevo rediseño de los parachoques, y para las luces se utilizaron cristales más claros, modernizando y mejorando su apariencia. Fue la última versión que salió de la planta de Innocenti, y se vendió hasta que en marzo de 1993 la producción paró. Tras nada menos que 21 años vendiéndose en sus diferentes versiones el pequeño Mini Bertone acumuló unas cifras de ventas verdaderamente buenas, alcanzando casi las 360.000 unidades.
- Es cierto que los motores Daihatsu son más fiables que los BMC por lo que si encontráis uno del año 82 en adelante mejor, aunque será más caro y exclusivo encontrar uno de los 70.
- Cuidado con las unidades que hayan pasado mucho tiempo en ciudades con mar, porque el óxido puede haber hecho de las suyas.
- Respecto a repuestos, ambos motores tienen repuestos disponibles aunque hay que saber buscarlos. Como siempre, lo mejor internet y todas las páginas de piezas y desguaces de Reino Unido e Italia.
- Aunque el Turbo deTomaso es el que más “mola”, es cierto que encontrar un Minitre original al 100% no es complicado por lo que si buscáis uno tanto el normal como el Turbo os servirá incluso para el día a día…pero ojo que el Turbo es un poco más delicado y de piezas un poco más caras.
Una vez dicho esto podemos ver en el mercado la existencia de unidades verdaderamente cuidadas, como un Turbo de 1981 en Madrid por 3.500€, una unidad de 1980 en Reus por 5.000€ y otra en Sevilla por 4.900€ y todos aún motor Leyland y que están en un estado perfecto. También hay una unidad con motor Daihatsu, de 1984 por solo 3.000€ en Terrasa, y como veis es más barata que una con motor británico.
Además a este coche no se le augura en ningún lado una caída de precios, sino todo lo contrario, aunque no nos engañemos, no lo vamos a comprar por 5.000€ y venderlo por un millón, pero seguro que no perdemos dinero.
Busquéis o no uno, seguro que es un coche que disfrutaréis en cualquier concentración de clásicos, un verdadero clásico llamado a ser el nuevo Mini pero que nuca llegó a serlo del todo.