Entrando en materia, lo cierto es que no había ninguna novedad reseñable en el formato de la feria, celebrándose por ejemplo el tradicional concurso de elegancia (dedicado en esta ocasión a descapotables anteriores a 1955), y los diferentes eventos, actividades, charlas, etc, que cada año se dedican a una temática o persona concreta. Tampoco cambió la habitual distribución de las instalaciones, con una planta baja dedicada a la exposición de vehículos en venta de particulares y a los diferentes puestos de recambios, herramientas, maquetas, revistas y libros, etc; una planta primera que se centraba en el mundo de la moto y que también contaba con un buen número de stands del citado tipo; y una planta segunda que, al menos para mi, sin duda es la más interesante por lo allí expuesto ya que se centra en el mundo del automóvil clásico. En el exterior se ubicaba un aparcamiento dedicado en exclusiva a los clásicos que hasta allí se acercaron, y en la calle de acceso al pabellón se encontraban estacionados una buena cantidad de clásicos de nuestra querida Seat.
Según datos de la propia organización, el evento ha sido todo un éxito y la asistencia se cifra en unas 40.000 personas (similar a la de las dos anteriores ediciones), pero personalmente, y aquí entro ya en valoraciones personales, yo la sigo encontrando un poco pobre. Sigo echando en falta más cantidad y calidad en los automóviles expuestos, el poder contemplar más automóviles “especiales” de esos que nunca verás por la calle, y por eso es que el nivel me sigue pareciendo más bien bajo. Al igual que echo en falta estas cosas, sigo pensando que una gran cantidad de expositores sobran, ya que, o bien no tienen nada que ver con la temática, o particularmente su interés me parece nulo. En resumen, lo ideal para mi serían tres plantas como la superior, y a raíz de esto he de confesar que en esta ocasión las dos plantas inferiores apenas las visité más que de pasada, centrando la mayor parte de mi visita en la superior únicamente. Añadir asimismo que en poco más de dos horas ya había visto todo lo que personalmente me interesaba, de ahí que, al igual que me ha sucedido en años pasados, me haya “sabido a poco” la experiencia.
Dos aspectos positivos fueron la reducción de las colas en la entrada (este año fueron unos 20 minutos por casi una hora del año pasado) y el mantenimiento del precio en los 15 Euros que ya costaba el anterior certamen (que yo sigo pensando que es caro para lo que ofrece, pero al menos no subió más…).
Como siempre habrá opiniones para todos los gustos, pero esta es la mía personal. Además, he de confesar que después de asistir a las tres últimas ediciones, este año he decidido que si en el futuro no cambia mucho la cosa servidor se planta, porque, sinceramente, ya no me merece la pena el desembolso económico y el trastorno de perder un fin de semana completo para ver todos los años “mas de los mismo”.
Tras comentaros nuestra visión particular del Classicauto, os dejamos ahora con algunas fotografías…