Así que dicho y hecho, la visita se hace corta, puesto que el museo es una especie de nave enorme en la que no hay que caminar demasiado. Para mi gusto los coches están demasiado amontonados, siendo a veces complicado el hacer fotografías decentes. Entre eso y que a pesar de ser junio llovía a mares, la luz exterior tampoco acompañaba. Pero respecto a los coches, la colección es muy buena. Podemos dividirlos claramente en coches pre-guerra y post-guerra, refiriéndonos a la Segunda Guerra Mundial.
La colección de coches pre-guerra es espectacular. Ni son mis preferidos ni soy experto, pero había algunos Dalage, Delahaye, Rolls Royce, De Dion Bouton e Hispano Suiza dignos de ver. Y sobre todo la colección de Bugattis originales es de obligada visita si os gusta este tipo de coches.
Había hasta una furgoneta Opel de 1914 (¡100 años la contemplaban!) que ni siquiera tenía neumáticos de aire, sino una especie de neumáticos de goma maciza. Podréis ver la foto.
Espero que os guste y si tenéis algún comentario, adelante.