Tras años de ventas del 944 que llevaba en el mercado desde 1982, la imagen del modelo en sí empezaba a desgastarse, sobre todo teniendo en cuenta el nivel que empezaba a ganar la competencia y que las ventas que empezaron a caer de modo estrepitoso. Porsche decidió a principios de los 90 sustituir el 944 por un modelo completamente nuevo, aunque cometió el error de no gastar suficiente dinero en desarrollar un modelo desde cero, por lo que partiendo del 944 y compartiendo casi un 20% de piezas con el mismo, el producto final por fuera parecía básicamente una evolución del 944. Y eso por fuera, porque por dentro seguía el estilo 944 casi en su totalidad.
Para el 968 pero se tomaron elementos estéticos del 928 de esos años, y el diseño de los faros estaba inspirado en una mezcla entre los de 959 y el 928 pues se levantaban como en este último.
En lo que sí que el 968 fue algo más original fue en su paleta de color, pues ofrecía el 968 en coupé y cabrio pudiendo elegir colores que hasta entonces no se ofrecían de modo habitual, tanto en exterior como en interior. También incluía unas bonitas llantas de 16’’ llamadas “Copa”, frenos de 4 pistones y más pequeños detalles que hacían el coche más “apetecible” que un 944S2, el más estéticamente avanzado antes de su retirada.
El 968 fue un modelo incomprendido, en tierra de nadie. Quizá habría que haberlo vendido de un modo diferente. En sí, el 968 era bastante mejor que el 944 pero recordaba al 944 y la clientela descubría mientras tanto modelos de otras marcas mucho más impactantes visualmente y a unos precios similares (poco mayores) como eran los Nissan 300ZX, Alpine A-610, Mitsubishi 3000GT o el Maserati 222SE (que rivales más raros, ¿verdad?, para lo usual hoy en día).
El modelo 968 se produjo en la planta alemana de Audi en Neckarsulm, Alemania (donde habían sido fabricados los 924 y 944 bajo contrato con Porsche) y en la propia fábrica de Porsche en Zuffenhausen, Stuttgart, también en Alemania.